¿Es El Karma Real? | Mito o Realidad

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Es hora de hacer referencia a esta creencia que poco a poco se a convertido en parte de la cultura popular de muchos de los países de occidente, a pesar de su origen y su aplicación original. Es increíble la forma en la que se ha adherido a la corriente de pensamientos de la sociedad moderna sin siquiera mostrar la más mínima oposición o el más ligero cuestionamiento a grandes rasgos.

Para tener un poco de contexto en la situación entera necesitamos tener en mente que «Karma» es originalmente definida como una energía invisible e inmesurable que se produce a partir de las acciones de las personas. Esta definición está presente en varias religiones como el hinduismo y el budismo. No es hasta hace unas décadas que se empezó a introducir en la sociedad de occidente con una interpretación que poco a poco a mutado a lo que hoy la mayoría de la gente llama karma.
Hoy en día, la definición y aplicación de este termino varía ampliamente no solo de región en región, sino que también de persona en persona. Se ha convertido en un término tan abierto a interpretaciones que puede ser difícilmente discutido.

Contrapone las religiones dominantes en occidente


Para empezar, debemos aceptar que la religión dominante en occidente es el cristianismo, haciendo totalmente ilógico que una persona cristiana pueda creer en el karma sin que esto simplemente esté en conflicto directo, ya que el término incluye la idea de que todas las acciones tienen reacciones, que pueden tomar lugar en esta vida o incluso en vidas posteriores (reencarnación). Teniendo en mente que el cristianismo no acepta de la idea de múltiples vidas y reencarnación, es completamente absurdo suponer que creer en el karma es compatible con cualquiera de las doctrinas abrahámicas.
Esto no solo demuestra los pocos filtros que la gente tiene al momento de aceptar una idea, sino que también deja en evidencia que mientras no vean que un gran número de personas empiezan a cuestionar la veracidad de alguna creencia, ellos no va a tomar la iniciativa de siquiera preguntarse si adoptarla o no. Solo lo harán por malas razones.

Es usada por razones sentimentales


Hay que ser honestos, pensar que todas las malas acciones que la gente toma van a traer consecuencias tarde o temprano con las cuales ellos sufrirán es algo que te mantiene calmado. Pensar que de alguna forma u otra existe un tipo de justicia divina que se encarga de darle a todos su merecido podría técnicamente representar la medicina que necesitamos para mantenernos bajo control cada vez que presenciamos algo que consideramos una mala acción.
La mala noticia es que el hecho que suene como la respuesta perfecta y que nos haga sentir bien no contribuye a nada cuando se trata de mostrar la veracidad del término. De hecho, no existe evidencia que sugiera que hay una energía invisible que se mantenga al tanto de las acciones de la humanidad para luego repartir sus facturas. Todo a lo que la gente puede aludir son a argumentos que se basan en ideas subjetivas y meramente inválidas cuando queremos demostrar algo en la realidad.
Cada quien puede creer en lo que quiera con tal de sentirse mejor, pero es fundamental estar consciente de la autenticidad de aquellas creencias y de los límites que tienen cuando se deban de compartir con otras personas.

Problemas lógicos y morales


Uno los principales obstáculos al hablar de Karma es obviamente la serie de problemas que presenta en ciertas situaciones. Si toda acción tiene su reacción, ¿Es esta de la misma magnitud? Es decir, ¿las consecuencias derivadas de una mala acción son proporcionales a qué tanto daño tal acción hizo? Si la respuesta es si, entonces nos encontraríamos con un gran conflicto al intentar comprobar esto, ya que han existido personajes que han causado grandes daños a la humanidad y que simplemente no es imaginable pensar sobre algún «castigo» que pueda compensar la cantidad de homicidios y el sufrimiento que causaron. Esto rápidamente se convertiría en un proposición que no se puede demostrar, lo cuál no traería nada de valor en la búsqueda de la respuesta (Claro, si suponemos que hay evidencia de la existencia del karma en primer lugar).
Si la respuesta es no, entonces todo se torna un poco más oscuro. Qué irónico pensar que esa energía invisible que se dedica a mantener un «equilibrio» en las acciones que la gente toma no sea justa. Entonces meramente se convertiría en una energía que simplemente no tiene consideración al decidir cómo elegir las consecuencias.
Otro de los problemas con los que nos topamos es algo crucial al querer obtener una idea sobre la moralidad que existe en el proceso entero. Cuando nos referimos al karma, es común pensar sobre un individuo llevando a cabo una mala acción (robar, matar, mentir, etc.) y después pasando un mal momento. También podemos pensar sobre individuos sufriendo en determinados periodos de la vida a causa de acciones que tomaron lugar en el pasado y que no habían sido cobradas. Todo este tipo de ejemplos parecen seguir el entero propósito que la cultura popular piensa que el karma tiene: «Alguien hace algo malo, algo malo le pasa a ese alguien«.
Pero el tipo de preguntas que surgen en casos particulares nos dan una imagen muy oscura y macabra de esta energía de la que se habla. Pongamos por ejemplo un bebé de unos cuantos meses de edad que ha sido severamente maltratado y golpeado por sus padres. Constantemente es agredido y no hay nada que lo pueda proteger. Lo que alguien que creé en el karma pensaría de entrada es que los padres que están causando el daño van a sufrir en el futuro (ya sea lejano o cercano) por las acciones en contra del bebé. Pero hay algo más que se debe de tomar el cuenta. Una pregunta que no muchos tienen. Si el bebé está sufriendo y pasando un mal momento, ¿Es acaso que ha hecho algo tan malo en el pasado como para merecer ese trato? ¿Es acaso que el karma le está cobrando cuentas?
Es obvio saber que no hay manera que un bebé haya hecho acciones que merezcan el maltrato, lo cual lo convierte en un ser inofensivo que está sufriendo. Todo esta situación hace ver a esta fuerza invisible como una macabra energía que tiene el poder de tomar el timón de todos los individuos para hacerlos sufrir por sus malos actos pero que al mismo tiempo es incapaz de evitar que individuos inofensivos que no han causado ningún mal en este mundo sean dañados. Algo que existe para traer justicia a este mundo pero que al mismo tiempo no es justo.
Como este tipo de problemas lógicos y morales existen muchos, ninguno de los cuales se pueden contestar. Aparte, la mayoría de ellos entra en directo conflicto con la propia definición de karma, haciendo de este un término incoherente.

Un juego al azar


Otra de las complicaciones se presenta cuando intentamos conectar dos acciones (una buena y una mala) para intentar relacionarlas con el karma. No hace falta indagar mucho para darse cuenta que prácticamente podemos conectar todas y cada una de las acciones sin poder estar completamente seguros de qué tan correcta la conexión es (Eso, claro, ignorando que para poder conectar algo con el karma primero es necesario demostrar que existe). Supongamos que a la persona A se le despide de su trabajo a pesar de haberlo desempeñado de manera perfecta. En este caso entran posibles opciones para poder explicar el por qué en caso de que se crea en esta energía. Bien se podría tomar una de las acciones que la persona A tomó recientemente: como dejar plantado a sus amigos la semana pasada. O se podría tomar una acción de hace dos meses: Persona A engañó a su pareja. O se podría tomar una acción de hace 3 años: Persona A le jugó una broma de mal gusto a un amigo.
Todo al parecer se convierte en un juego de adivinanzas para poder encontrar la «razón» por la cual a persona A la despidieron. Lamentablemente estas adivinanzas no tienen poder alguno al querer demostrar la veracidad de esa tal energía que hasta donde vamos nos ha traído muchos problemas.

Conflictos Culturales


Hasta este punto nos hemos dado cuenta que la gente tienda a ignorar ciertos detalles que podrían derrumbar la creencia entera por el simple hecho de mantenerse emocionalmente estables. Este es uno de estos detalles.
Pasa y resulta que existe una gran diversidad de culturas alrededor del mundo, todas y cada una de ellas cuenta con su propia serie de reglas sociales que dictan todas las acciones que son consideradas buenas o malas. Lo que significa que lo que es considerado una acción atroz en el lugar donde vives puede ser considerado algo normal en alguna otra parte del mundo, por otra cultura diferente a la tuya. Esto es simplemente un gran hoyo para la existencia del karma, ¿Cómo es entonces que se decide qué tan buenos o malos son los actos? ¿Basado en cuál cultura?.
El simplemente pasar por alto este detalle es ignorar el hecho de que existe una diversidad en pensamiento alrededor del globo.

El karma es un arma de doble filo, solo sueles ver el lado reconfortante, pero también existe el lado opuesto que justifica el racismo, sexismo, discriminación, clasismo y muchas otras situaciones en las que grupos de gente sufren. Es difícil entender que el luchador de la justicia haya tenido que ver con tanta injusticia en este mundo a lo largo de la historia. 

Es hora de terminar con ese tipo de creencias populares que simplemente carecen de fundamento alguno y solo forman parte de la historia. Este tipo de ingenuidad siempre nos ha llevado a situaciones complicadas como humanidad. La incredulidad no es una virtud y nunca será una manera de encontrar la verdad, es sumamente ridículo y peligroso guiarse por la vida atados a creencias que no tienen comprobación alguna y que simplemente existen a base de un posibilidad que ni siquiera a sido demostrada. Tenemos el control de nuestros pensamientos y de nuestras maneras de evaluar las ideas, usemos esa habilidad para vivir más apegados a la realidad y cercanos a lo que sabemos que es auténtico.


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